Arquitectura en el sector educativo: ¿cómo influye el entorno en el aprendizaje?

Arquitectura en el sector educativo: ¿cómo influye el entorno en el aprendizaje?

Al igual que en los lugares de trabajo, en los centros educativos el espacio es tan importante como las actividades que se realizan en él, incluyendo el entorno como elemento de aprendizaje, como añadido a las asignaturas, los juguetes o los materiales. En estos casos, el espacio se puede considerar una metáfora del aprendizaje de los más pequeños: debe ser cambiante, adaptable, dinámico, positivo, y combinar la educación individual con la colectiva.

En los centros educativos que prestan especial cuidado a su arquitectura, el diseño y la educación se funden, propiciando el desarrollo de los alumnos en todos los sentidos: académico, emocional, creativo, cognitivo… la arquitectura no solo se implica en el objetivo funcional de responder a las necesidades del lugar, sino también en la interacción entre el espacio y sus usuarios.

La tendencia del fomento y optimización del trabajo en equipo también se refleja en este tipo de arquitectura: los espacios se adaptan al aprendizaje colectivo mediante soluciones que van más allá del clásico pupitre individual. Las aulas deben ser zonas modulables, configurables, adaptables, funcionales, no sólo con el objetivo de ser polivalentes sino también para estimular la creatividad, la lógica y la visión espacial de los niños. Los espacios versátiles permiten el intercambio de ideas entre alumnos, e incluso entre aulas, y amplían las posibilidades de aprendizaje.

Estos lugares son visualmente estimulantes y agradables, algo que se consigue no solo mediante la distribución del espacio sino con las formas, los colores o la iluminación. Es preferible que su aspecto también sea configurable, con soluciones que permitan cambiar el ambiente del aula según la actividad que se realice (colores relajantes para descansar o concentrarse, llamativos para estimular la creatividad en el juego…), como paneles dinámicos, distintos sistemas de iluminación o elementos de formas cambiantes.

La iluminación juega un papel imprescindible, ya que está demostrado que la luz natural es la que mejor estimula el aprendizaje, la concentración, la creatividad, el buen humor y la salud. Lo ideal es que los espacios estén abiertos hacia el exterior en la mayor medida posible, aunque en los lugares en los que la luz natural sea un recurso difícil de aprovechar, la tecnología ya permite imitarla de forma efectiva, adaptándose también a zonas que requieren iluminación más precisa, como las zonas de descanso.  La iluminación también forma parte de la decoración, y las lámparas decorativas aportan una nueva perspectiva que puede despertar la curiosidad de los más pequeños.

Especial importancia tiene, especialmente en los centros educativos en los que los pequeños aprenden, juegan y descubren constantemente, la seguridad. Esto supone un importante reto para los profesionales encargados de diseñar y ejecutar las obras de estos espacios, ya que es necesario contemplar todas y cada una de las situaciones en las que los niños puedan correr peligro físico con elementos arquitectónicos de lo más cotidianos.

Por último, recalcamos la importancia de la adaptabilidad de los espacios, para que todos los niños, también con diversidad funcional, puedan disfrutar de su uso.

Entre el equipo de López Landa tenemos numerosos padres y madres, los cuales ofrecen a la empresa un enfoque muy interesante en los aspectos relacionados con infancia y paternidad, y por eso se trata de un tema que nos gusta observar y del que nos interesa aprender.