La impresión 3D
Hoy en día, la industria de la construcción se enfrenta a dos retos. Por un lado, nos dirigimos intencionadamente a un mundo más sostenible, por lo que se demandan infraestructuras de ese tipo. Por otro lado, existe la necesidad de reparar edificios, puentes y vías deterioradas.
Cuando pensamos en estos problemas, la primera solución que nos pasa por la mente es utilizar hormigón. Sin embargo, es un material que deja una huella de carbono significativa en el medioambiente y no puede ser reciclado. Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA), el hormigón es el responsable de aproximadamente el 7% de las emisiones de dióxido de carbono.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Texas A&M tomó como referencia estos datos como base para investigar una nueva tecnología verde. Su investigación se centra en el diseño de un material de construcción sostenible hecho con suelo local, utilizando la impresión 3D para crear estructuras de carga.
Dos ejemplos:
- En 2018 en España se creó un primer modelo piloto de vivienda in-situ con una impresora 3D; se trató de un edificio de 24 metros cuadrados diseñado por un equipo compuesto por miembros de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Politécnica de Valencia y la empresa valenciana Be More 3D.
- La empresa de construcción de robots Apis Cor desarrolló un material a base de yeso —el cual fue obtenido por un productor local— para construir el edificio más grande del mundo impreso en 3D, una oficina de dos pisos en Dubái.
¿Estaremos dispuestos a renunciar a materiales altamente utilizados para cambiar nuestros edificios por otros materiales con otro tipo de resistencias?